martes, 23 de agosto de 2011

¡Cuídense de las Sanguijuelas!



Puede que sean amables, puede que sean corteses, puede que sean pacientes. Puede que no. Pero siempre tendrán mucho tiempo en sus manos.

Puede que lleguen en grupos o solos. Puede que vengan de trasfondos culturales y sociales muy distintos. Puede que propugnen puntos de vista religiosos, filosóficos y espirituales totalmente opuestos. Pero algo sí es cierto de todos ellos: estos individuos desperdiciarán tu tiempo.

Me refiero a las sanguijuelas demoniacas, un término que he acuñado para describir el tipo de personas con quienes normalmente me encuentro cuando predico el Evangelio  en las calles. Son demoniacas, obviamente, porque vienen directamente del príncipe de este mundo. Son sanguijuelas porque absorberán todo tu tiempo, energía, recursos, paciencia y gozo en el Señor (si insistes en tratar de convencerles de la verdad). Incluso, puede que te hagan pecar.

Si, leíste bien la afirmación de arriba. Las sanguijuelas demoniacas son sumamente peligrosas, y uno debe tratar con ellas usando mucha cautela y sabiduría. 


¿Entonces, qué es exactamente lo que una sanguijuela demoniaca hace y por qué la advertencia solemne? 

Una sanguijuela demoniaca parece ser sincera. Tal persona se acercará a ti mientras que estés evangelizando, queriendo hablar contigo acerca asuntos espirituales. Muchas veces te elogiará por lo que estás haciendo, afirmando que él también conoce la verdad. Quizás también te dirá que está sirviendo al Señor. Pero luego te hará una pregunta o declaración de tal manera que, si eres listo, te darás cuenta de que él en realidad no está buscando respuestas—él está tratando de enseñarte a ti. Puede que él dogmáticamente intente a hacerte comprender verdades extra-bíblicas, basadas en su razonamiento, emociones y filosofías…pero, normalmente, una sanguijuela usará textos de prueba de la Biblia para respaldar sus puntos. Tomará un versículo aislado y fuera de contexto como la prueba absoluta de sus convicciones y/o doctrinas personales. Puede que sea una negación de una doctrina fundamental como la Trinidad; puede que sea una apelación emocional, como una declaración de que todos somos hijos de Dios y por lo tanto Él nunca nos mandaría al infierno; puede que sea un asunto que tenga que ver con la validez de una secta o falsa religión. En el caso de que lo guíes cuidadosamente a través de todos los versículos de la Biblia que él usa como evidencia de lo que cree, mostrándole el contexto de los versículos y explicándole de qué manera está equivocado en su interpretación de esos pasajes, una de dos cosas sucederá:
  1. Estará de acuerdo contigo. Así es; parecerá estar pensativo, meditando detenidamente sobre el tema presente, y consentirá contigo. Sin embargo, un poco después él regresará a su creencia original, y te dará otro versículo como la prueba de su punto de vista. Su memoria de corto plazo parece ser, pues, corta. En ese entonces ya habrás estado hablando acerca de otro tema, así que tendrás que dejar el punto actual que estabas tratando de plantear y nuevamente tratar de razonar con él sobre el primer punto. Cuando lo hagas, él quizás otra vez esté de acuerdo contigo sobre el primer punto, pero no estará de acuerdo con el segundo, así que probablemente tendrás que comenzar de nuevo con lo que estabas diciendo sobre el segundo punto antes de que fuiste interrumpido. Luego, si logras convencerle del segundo punto, él inevitablemente sacará un tercer y cuarto tema de debate, y mientras que trates con estos temas él de nuevo tratará de probar que su manera de pensar tocante al segundo y primer tema son correctos. Imagínate que estás perdido en un bosque y andas buscando una salida—pero por alguna razón siempre terminas en el mismo lugar donde comenzaste. Tal es el camino de estas sanguijuelas. Es un ciclo sin fin. Es un cruce de carreteras donde cada una de ellas te lleva a un callejón sin salida.


  2. No estará de acuerdo contigo. No recibirá nada de lo que dices. Quizás se burle de la conclusión de tu argumento minucioso, afirmando, sin fundamento, que es incorrecto y no es razonable. Cuando bíblicamente respaldes una doctrina que estás tratando de defender, él tendrá una mirada vidriosa y vacía, pausará por unos segundos, y  simplemente te lanzará otro versículo de la Biblia para tratar de demostrar que estas equivocado. Él ignorará por completo tu argumento; ni si quiera lo responderá. Si no eres prudente caerás en su trampa y terminarás saltando por toda la Biblia tratando con cada pasaje de Escritura que él te da. Si le atrapas en su juego, demandando que te dé una respuesta al argumento y versículo de la Biblia que le diste al principio, es probable que su respuesta sea, nuevamente, una negación sin fundamento de lo que acabas de decir, y un rápido intento de cambiar el tema. Puede ser que también trate de atacarte a ti personalmente, o a tu “religión”, o puede que también saque otro pasaje o tema y trate de conseguir que debatan eso…comenzando el ciclo de nuevo. Otro término apropiado para este tipo de sanguijuela es “saltamontes de la Biblia”—ellos saltan de lugar a lugar, de escritura a escritura, de tema a tema, y nunca logras llegar a ningún lugar con ellos salvo la vía de la frustración.
Otra cosa importante de notar con respecto a las sanguijuelas es que raras veces querrán hablar de la salvación y el Evangelio. Ellos prefieren, y les encanta, discutir sobre temas secundarios de la Biblia. Toman doctrinas de las Escrituras que no son esenciales, las distorsionan, y las convierten en esenciales, y en las marcas que distinguen su “verdadero” sistema de creencias del de los demás. Tus intentos de señalar el error de sus caminos no producirán ningún cambio visible. Algunos serán amigables, pareciendo tener un deseo genuino de conversar contigo y conocerte. Otros también parecerán amigables pero su arrogancia y falta de razón se manifestarán tarde o temprano. Sin embargo, apenas levantaran el tono de su voz; todo el tiempo parecerán calmados y tranquilos. Jugarán con tus emociones—algunos lo harán intencionalmente. Una vez que hayan sucedido en exasperarte, te reprenderán tiernamente por tu enojo y falta de amor y paciencia. Sus métodos de manipulación son muy eficaces. TEN MUCHO CUIDADO CON ELLOS (Mateo 10:16). Si encuentras que la necedad anti-bíblica de ellos te está irritando, por favor no peques (Efesios 4:26).


¿Algunos Ejemplos de Sanguijuelas?

Una sanguijuela demoniaca es un “apostólico” (pentecostal unicitario) de mediana edad que conocí hace cinco años en Guadalajara. Se me acercó mientras que estuve en una plaza testificando a un joven confundido que había estado recibiendo estudios “bíblicos” por los testigos de Jehová. Algunos minutos antes de esta plática, al estar
 predicando al aire libre, vi a ese señor apostólico pararse a unos metros de mí oyendo cada palabra que decía, con una expresión contenta en su rostro. Cuando terminé y entre en conversación profunda con el joven, este se nos acercó e intentó de “ayudarme” a testificarle. Él nos interrumpía repetidamente, sacando temas de los cuales no estábamos hablando, y tratando de enseñar a este joven que tenía que ser bautizado “en el nombre de Jesús” para recibir la salvación. Yo le dejé terminar su presentación y después le dije al joven que no estaba de acuerdo con lo que dijo, y traté de hacer que el tema regrese al Evangelio. Afortunadamente, el joven ni por un minuto creyó ni hizo caso al apostólico. Después pasé un tiempo considerable hablando con el varón de mediana edad. Él era amigable y profesaba ser un creyente, y me llamaba “hermano”. Le expliqué que la salvación es por fe y no por obras y él estuvo de acuerdo conmigo, aunque después cambió de opinión y dijo que teníamos que hacer buenas obras para ser salvos en el final. Le expliqué que el bautismo no salva y él estuvo de acuerdo conmigo, pero después dio muchas vueltas tratando de explicarme algo de la salvación que era ininteligible. Miré a la derecha y vi que varias personas estaban paradas en frente de un letrero evangelístico que habíamos traído, así que me disculpé y me fui donde ellos estaban. El varón después comenzó una larga conversación con un hermano que estaba con nosotros, tratando de convencerle de que las mujeres se deben cubrir la cabeza y usar faldas largas. Hasta ese hermano se dio cuenta que había desperdiciado mucho tiempo debatiendo con un hombre sobre la ropa cuando había tantas personas alrededor de nosotros que necesitaban el Evangelio.

Una sanguijuela demoniaca es Marcos, que llevó al hermano Alex por muchos giros gigantes de montaña rusa en un sábado de evangelismo hace mucho tiempo. Él categóricamente negó la Trinidad y afirmó que Jesús no era Dios, y luego que sí lo era, pero después negó la deidad del Espíritu Santo. También afirmó ser sólo un pecador que no había alcanzado la salvación, pero luego afirmó ser salvo…y después negó otra vez que la hubiera alcanzado. Él claramente no tenía un entendimiento bíblico de la salvación. Yo lo vi hablando con Alex y me invité a su conversación. Recién había terminado una larga plática con otra sanguijuela unos minutos atrás (una experiencia muy peculiar con un hombre que dijo ser el mensajero de Dios y que había ido al Cielo, entre muchas otras cosas), y aunque mi conversación con esa sanguijuela no terminó mal en ningunos términos, yo para ser honesto estaba listo para “echarme encima”  del siguiente hereje con quien me encontraba. Estaba cansado de tratar tanto con ellos. Y ese siguiente hereje terminó siendo Marcos. Aunque me exasperé con él 
internamente, Dios me dio la gracia para estar tranquilo. Su comportamiento era tan antipático que Alex ya estaba cerca de su límite. Traté de razonar con Marcos, pero apestaba de orgullo, tratando de presumir su conocimiento bíblico distorsionado, a menudo citando pasajes muy equivocadamente. Entre más inteligencia trataba de aparentar, más insensato parecía. Cuando le preguntamos si alguna vez había mirado con lujuria, él rehusó darnos una respuesta clara y directa. También rehusó obstinadamente a contarnos con qué grupo religioso se juntaba (supongo que con ninguno). Las mejores palabras que puedo usar para describir su condición son “totalmente ciego y muerto”. No le quedó otra a Alex más que francamente decirle que era un monstruo de soberbia. Nosotros dos finalmente nos rendimos y simplemente le rogamos que se arrepintiera de su insensatez y creyera en el Evangelio.

Una sanguijuela demoniaca es un testigo de Jehová recaído que conocí años atrás. Él se acercó a una hermana después de oír a hermanos de nuestro grupo evangelístico predicar al aire libre. La hermana no sabía cómo responder a sus argumentos, por lo tanto me llamó para que yo hable con él. En este tiempo todavía no había formulado buenas respuestas para dar a los seguidores de la Watchtower. Tenía algunos “desconcertadores” que traté de usar en él pero simplemente los rechazó, diciendo que estaban equivocados y dando respuestas ridículas que inventaba en ese mismo momento. Se portaba de una manera sumamente irracional e inmadura cada vez que trataba de razonar con él. Hasta arrogantemente se burló de mis ruegos a que se vuelva de sus pecados y huya de la ira venidera. Ni creyó que podía ser librado del poder del pecado por medio de Cristo, como yo le estaba rogando que creyera. Tengo que admitir que cometí un error muy grave con él; le estaba tratando de “desconcertar” sólo para ganar el argumento, y yo en mi propio poder estaba tratando de convencerle de la Verdad. Cuando esto no funcionó me enojé mucho con su irracionalidad…y, muy vergonzosamente, pequé. No grité, ni me puse violento, ni nada por el estilo, pero sí le hablé de manera contenciosa. Por mi apariencia y tono de voz, él notó que yo estaba enojado, y como el diablo que era trató de enseñarme acerca de los frutos del Espíritu Santo…lo cual me irritó aun más. Tristemente, esa batalla fue una victoria para el maligno.


¿Entonces cómo impedir que eso suceda? ¿Cómo debemos tratar con las sanguijuelas demoniacas?
  1. Ármate con sabiduría y discreción. Si no las tienes, pídele al Señor que te las de (Santiago 1:5-8). Pide al Señor que te ayude y fortalezca. Si eres como yo, resiste la tentación de contrarrestar todas sus herejías. Apégate a las verdades del Evangelio. Entiende que la cosa principal que él necesita no es corregir todas sus falsas doctrinas (tan importante como eso sea). Su necesidad urgente es entender el Evangelio verdadero y ser salvo. Si insiste en sacar otros temas, dile que puedes hablar de eso después, y nuevamente enfócate en el Evangelio.


  2. Ármate con sabiduría (2 Timoteo 2:23-26). No caigas en las manos del enemigo al enojarte sin tener que hacerlo. Comprende que no puedes convencerle de la Verdad de la misma manera que no pudieras convencer a un muerto que se despierte. El poder está en Cristo, y en la habilidad del Espíritu Santo de regenerarlos. Como nuestro Señor hizo cuando vino, sólo dale la verdad; no necesita una respuesta detallada a cada objeción que tiene. Tampoco pases mucho tiempo tratando de razonar con él intelectualmente, ya que probablemente no tendrá un genuino interés de oír la verdad. Simplemente dile cómo puede ser salvado, discúlpate, y busca a otro inconverso con el cual puedes hablar. Hay muchas otras personas que recibirán el Evangelio con buena gana (Mateo 11:25; Marcos 12:37).
     

  3. Ármate con humildad  (1 Pedro 3:15-16; 5:5-7). Recuerda que tú también estabas muerto y ciego (Tito 3:3), y pídele al Señor que te de compasión para con la persona. Si necesita ser reprendido, repréndelo pero asegúrate de que tus palabras duras vengan de amor y un celo para la gloria de Cristo, y no de un enojo de la carne.

Bueno, ahí están tus directivas para tratar con las sanguijuelas demoniacas. Que estés preparado la próxima vez que te encuentres con una.

3 comentarios:

  1. Como se atreve a llamar a otro cristiano demoniaco, solo pq le dice q se deben bautizar en el nombre de JESUS? Hay versículos q sustentan este mandato divido, el libro de los Hechos es cumplir el mandato divino de Mateo 28:19. Llame demoniaco al q rechaza las escrituras atribuyendo al diablo las obras de Dios. Sea más sabio para escribir, el único acusador es el diablo y lo hace 24/7 según Apocalipsis 12. Si no estamos de acuerdo en lo q creemos, NO tenemos derecho a acusar a otros y mucho menos con palabras q solo salen de la boca de los q se dicen conocer a Dios pero NO lo conocen

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    1. ¡Hola anónimo! Gracias por escribir. Usted dijo:

      "Como se atreve a llamar a otro cristiano demoniaco, solo pq le dice q se deben bautizar en el nombre de JESUS?"

      Ante todo, creo que usted no ha leído bien lo que escribí. Recomiendo que lo lea de nuevo. El señor estaba afirmando que la salvación viene por ser bautizado exclusivamente en el nombre de Jesús. El hecho de que uno afirme que el bautismo salva es suficiente para ser considerado un hereje y anatema conforme a Gálatas 1:8-9. Es otro evangelio, no el Evangelio verdadero que es por la gracia de Dios.

      También dijo:
      "Llame demoniaco al q rechaza las escrituras atribuyendo al diablo las obras de Dios."

      El diablo mismo reconoce que las Escrituras son de Dios, incluso las usó para tratar de tentar a Jesús. ¿No ha leído usted Mateo 4 y Lucas 4? Solo porque uno diga que acepta las Escrituras, eso no significa que debe ser considerado un hermano. Para mayor información sobre esto, recomiendo que usted lea 1 y 2 Timoteo, Tito, Gálatas, Hechos 15, Judas, etc...de hecho, toda la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento. Los fariseos y escribas creían en las Escrituras, y Cristo dijo que estaban condenados al infierno (Mateo 23, etc.)

      También dijo:
      "Sea más sabio para escribir..."

      Pues la sabiduría de la Biblia dice que seamos lentos para hablar (San.1:19) y que si respondemos un asunto antes de conocerlo, nos es fatuidad y oprobio (Prov.18:13). Con todo respeto, es evidente que usted es culpable de esto. Es necesario que se arrepienta de este pecado. La salvación se halla solo en Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, quien murió por pecadores como nosotros, llevando la ira de Dios que merecíamos. En la cruz, el Padre soltó toda la furia que tiene por pecadores como usted y yo sobre su unigénito Hijo. Luego, Criso resucitó y venció la muerte. Todo el que se arrepiénte y cree en Él será salvo. ¿Es salvo usted? Ninguna obra suya (incluyendo el bautismo) le puede salvar...solo la obra de Cristo. Examínese para ver si está en la fe. Por favor hágalo hoy, el día de mañana no es garantizado.

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