Por si no te
enteraste, recientemente en una entrevista con el programa Punto Final en
Colombia, cantante portorriqueño Ricky Martin expresó su deseo de la “igualdad
de derechos” para la comunidad LBGT. También afirmó que “No se pueden tomar
decisiones basadas en la Biblia”. En vez de esto, dijo él, se deben tomar
decisiones basadas en “la necesidad de un ciudadano”. Por supuesto, su
argumento, como el de muchos, es que debe haber una separación entre la iglesia
y el estado. Según este punto de vista no debemos permitir que la religión
cristiana (ni ninguna religión) influya en las decisiones del gobierno.
Ahora bien, hay
mucho que podría decir tocante este tema complejo y controvertido, pero sólo
deseo comentar brevemente sobre el asunto. Es necesario reflexionar seriamente
en algunas cosas…y no—no expondré
aquí los argumentos bíblicos en contra del homosexualismo. Aunque la Palabra
infalible de Dios es mi guía, y estoy de acuerdo con su condenación del estilo
de vida “gay” (así como estoy de acuerdo con su condenación del estilo de vida
adúltero y fornicario y mentiroso, y
cualquier otro pecado)…deseo ir más allá de estos argumentos comunes.
Quisiera primero
aclarar que no estoy a favor de que exista una iglesia o religión controlada
por el estado. La historia nos muestra que cuando la cristiandad se mezcla con
la política esta se degenera rápidamente. Y más importantemente, Jesucristo dijo
que su reino no viene de este mundo y no es avanzado por medios carnales y
físicos (Juan 18:36). El reino de Cristo es avanzado por medios espirituales (2
Cor.10:3-6). La iglesia no debe buscar ganar convertidos por la coerción ni la
violencia, sino por la proclamación de la verdad. Dios usa su Palabra para
transformar los corazones de los hombres (Rom.1:16; 1 Cor.1:21-24). Leyes y
reformas sociales en realidad no pueden cambiar el corazón del hombre—eso es
algo que solo Cristo puede hacer. El cambio que produce Dios es interno; no
obstante, este cambio se manifiesta externamente en las vidas de los que han
sido salvados, e incluso puede lograr a afectar la cultura y sociedad (como el
libro de Hechos y la historia de avivamientos nos muestran). Así que si el
cristiano quiere ver cambios impactantes y duraderos en la sociedad, su enfoque
principal debe ser predicar el Evangelio para que las personas puedan ser
salvas, y no tratar de reformar a un gobierno o sociedad de manera externa y
política.
Pero habiendo
dicho eso, oigo mucho hoy sobre la necesidad de separar la religión y el
estado. Para muchos esto tiene mucho sentido. Pero mi pregunta para aquellos
que incesantemente repiten este mantra es: ¿Qué quieres decir exactamente por “separación de la iglesia y el estado”?
¿Significa que
divides tu vida en dos compartimientos, lo religioso y lo secular, y que el uno
no afecta al otro? ¿Que la persona que eres cuando llevando a cabo funciones
religiosas no es la misma persona que eres cuando estás trabajando o en la
universidad o llevando a cabo una función política (como votar)? Tal dicotomía
entre lo sagrado y lo secular es la hipocresía en su máxima expresión. Pero los
que proponen tal “separación” entre la religión y el estado no solo están
promoviendo la hipocresía, también están promoviendo una falacia. En realidad,
a menos que uno sea un esquizofrénico total, por lo más que uno intente separar
sus puntos de vista religiosos con el resto de su vida, no lo podrá hacer. Nuestra
cosmovisión afecta nuestras decisiones diarias, y cómo vemos a nuestros líderes
políticos, cómo vemos las leyes del gobierno, e incluso como votamos.
Y contrario a la
opinión popular, el concepto de una “separación de la iglesia y el estado”, defendido originalmente por los “padres fundadores” de los Estados Unidos en el siglo XVIII, significa
algo muy diferente a lo que muchos piensan que signifique. Al hablar de esta
separación necesaria, ellos no estaban diciendo que los puntos de vista
religiosos de individuos no podían influir en las leyes o decisiones del
estado. No estaban promoviendo la noción errónea de una dicotomía entre lo
sagrado y secular. Pero mi meta aquí no es dar una lección histórica de este
concepto político, así que no profundizaré más en este tema.
El asunto
principal es que algunos en el día de hoy están diciendo que la Biblia no debe
influir en las leyes del gobierno, y eso presenta un gran problema. Vallamos al
meollo del asunto. Pero para hacer las cosas más interesantes, tengamos un dialogo
con uno de estos defensores modernos de la separación de la iglesia y el
estado; llamémoslo “Ricky Martin”. Yo estaré dialogando con él.
Ricky Martin: ¡NO se debe tomar decisiones ni formar leyes basadas en la
Biblia!
Aarón: ¿Por qué no?
RM: ¡Porque no todos creen en ese libro anticuado e intolerante! No es
correcto imponer lo que dice la Biblia sobre todos. Debemos separar la iglesia
y el estado. Lo importante es que todos seamos tratados con igualdad, y eso no
será posible si nos dejamos guiar por la Biblia.
Aarón: ¿No es correcto según quién?
¿Y quién dice que todos merecen la igualdad? ¿Cuál es tu autoridad? ¿Qué estándar
estás usando para determinar lo que es correcto o no? ¿Y qué estándar estás
usando para determinar lo que es anticuado e intolerante?
RM: Es una verdad manifiesta y evidente que todos somos iguales y que
debemos ser tolerantes y aceptarnos el uno al otro tal como somos.
Aarón: Ah…ok, ahora estamos hablando de la verdad. ¿Cómo sabes que algo es
verdad? ¿Cuál es tu estándar de lo que es verdad?
RM: Mira, no tengo tiempo para juegos. Todos sabemos que todos merecen la
igualdad de derechos, y que debemos aceptar a todos, y que está mal prohibir que
dos personas se amen y se casen. Y ustedes cristianos intolerantes están
esparciendo el odio en vez del amor.
Aarón: Entiendo lo que dices, pero estás evadiendo mis preguntas. Permíteme
explicarte los errores que estás cometiendo. Primero, mi estándar para la
verdad, lógica y realidad es el Dios perfecto y santo de la Biblia y su Palabra
inmutable e inerrante. Dios y su Palabra también son mi estándar para la
moralidad. Algo es moral porque Dios dice que lo es (y lo que Dios dice refleja
su carácter santo), y mi consciencia testifica que esto es cierto. Mi
consciencia está cautiva a la Palabra de Dios, por lo tanto no puedo aprobar de
algo como el matrimonio gay que vaya totalmente en contra de ella. Puedes
llamar esto una “creencia religiosa” pero es la verdad, afirmes creerla o no.
Segundo, Ricky, tú dices que no debemos usar la Biblia para tomar
decisiones legales ni formar leyes. Ok, si no vamos a usar la Palabra de Dios como
nuestro estándar… ¿qué estándar vamos a usar? ¿El tuyo? ¿O un estándar con el
que todos estemos de acuerdo?
Es algo sumamente arrogante e intolerante someter a todo el mundo bajo lo
que tú piensas ser correcto. Pero solo como hipótesis, intentemos hacerte el
estándar. ¿Alguna vez has estado equivocado? ¿Si es así, cómos sabes que no
estás equivocado respecto a lo que piensas ser bueno y malo? Tu opinión no
puede ser el estándar, porque puedes estar equivocado.
Y asumiendo que todos se pongan de acuerdo sobre lo que es bueno y malo, lo
que todos piensan colectivamente tampoco puede ser el estándar…porque todos
podemos estar equivocados. No somos infalibles. ¿Recuerdas lo que pasó en
Alemania bajo el régimen Nazi? O considera los países musulmanes donde no hay
igualdad de derechos ni tolerancia. ¿Lo que ellos hacen es bueno, correcto y
moral porque la mayoría de la gente en estos lugares está de acuerdo que lo es?
La verdad no es por consenso, ni porque un ser humano imperfecto decide que es
así.
Tercero, aun si usáramos tu estándar, ese estándar que usas para juzgar si
algo es bueno o no es un producto de tu cosmovisión. Cada persona evalúa todas
las cosas conforme a su visión del mundo. Y quieras aceptarlo o no, tu visión
del mundo es formada por tus creencias religiosas. Todos somos criaturas
religiosas, espirituales. Todos vamos a adorar a algo o alguien. Si no es Dios,
adorarás a un dios falso, sea un concepto erróneo del Dios de la Biblia, o una
imagen o cualquier otra persona o cosa. Y ese dios falso incluso puedes ser tú.
Actualmente hay muchos seguidores devotos de la religión del humanismo, el cual
atribuye suma importancia al hombre y enseña que el fin de todas las cosas es
su felicidad. Eso parece ser tu creencia religiosa. Por lo tanto, aunque tú
afirmas que mi punto de vista es religioso, el tuyo también lo es. Tú quieres
que mi punto de vista religioso no influya en el gobierno, pero quieres que el
tuyo sí. Eso es hipocresía.
Y cuarto y final, cada vez que apelas a lo que es bueno, moral, correcto, cierto,
y a lo que “debemos hacer”, estás prestando estos conceptos de la cosmovisión
cristiana. La lógica, moralidad y verdad son inmateriales, absolutas y
universales. Es decir, no son hechas de materia, no cambian y aplican en cada
lugar del mundo. Estas leyes trascendentes solo pueden venir de un Dios
trascendente. Dios es inmaterial, absoluto y omnipresente, y las leyes proceden
de Él y reflejan su carácter. Él en realidad es el estándar absoluto de la
verdad, lógica, conocimiento, moralidad, y de todo lo demás. Si comenzaras con
el naturalismo (que afirma que solo lo material y físico es real, y niega lo
sobrenatural), no podrías explicar ni justificar los conceptos abstractos
susodichos. Y por lo tanto no tendrías ningún fundamento para decir que algo es
bueno ni malo. El bien y el mal no existirían. Los gays podrían ser maltratados
y nadie podría condenar esas acciones porque la moralidad no existiría. De
igual manera, si comenzaras con la cosmovisión de otra religión que no comienza
con el Dios de la Biblia como su autoridad final, tendrías el mismo problema,
ya que no podrías justificar tener un estándar objetivo e inmutable para la
moralidad. Por lo tanto, apelar a un estándar inmaterial, absoluto y universal,
como lo has hecho, es confirmar la existencia del Dios de las Escrituras. Tú
conoces que Él existe; tu comportamiento mismo lo demuestra.
Por consiguiente es imposible no
usar los estándares de la Biblia para determinar lo que es correcto. Cuando un
gobierno trata de decidir lo que “se debe hacer” y lo que “es justo”, están apelando
a los estándares de Dios, quieran aceptarlo o no. Por consiguiente tu argumento
de que no se puede usar la Biblia para tomar decisiones o formar leyes es erróneo…y,
de hecho, carece de sentido alguno.
RM: …Ahh…mmm…me tengo que ir…
Aarón: Antes de que te vayas, te quiero explicar el Evangelio…
SOLI DEO GLORIA
Muy buena defensa de la Palabra de Dios y su aplicación universal.
ResponderBorrarSola Scriptura