He recopilado una lista de lo que algunos cristianos a través de la historia han creído acerca de la sangre de Cristo. Esta lista de ninguna manera es exhaustiva.
Juan 18:37: "Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz."
PREDICADORES,
MAESTROS Y TEÓLOGOS DEL DÍA PRESENTE:
Wayne
Grudem:
El significado de la sangre de Cristo
El Nuevo Testamento relaciona con frecuencia la sangre de Cristo con nuestra redención.
Por ejemplo, Pedro dice: “Como bien saben, ustedes fueron rescatados de la vida
absurda que heredaron de sus antepasados. El precio de su rescate no se pagó
con cosas perecederas, como el oro o la plata, sino con la preciosa sangre de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin defecto” (1 P 1:18-19).
La
sangre de Cristo es la clara evidencia externa de que derramó su sangre cuando
murió en sacrificio para pagar nuestra redención: “la sangre de Cristo”
significa su muerte en sus aspectos
salvadores. Aunque nosotros podemos pensar que la sangre de Cristo (como
evidencia de que dio su vida) tendría referencia exclusiva a la eliminación de
nuestra culpa judicial ante Dios—porque esa es su referencia primaria—los
autores del Nuevo Testamento también le atribuyen otros varios efectos.
Nuestras conciencias son purificadas mediante la sangre de Cristo (He 9:14),
tenemos acceso libre a Dios en adoración y oración (He 10:19), somos
purificados progresivamente del pecado que queda (1 Jn 1:7; cf. Ap.1:5b), podemos
conquistar al acusador de los hermanos (Ap 12:10-11), y somos rescatados de una
manera pecaminosa de vivir (1 P 1:18-19).
Las
Escrituras hablan tanto acerca de la sangre de Cristo porque su derramamiento fue una evidencia de que su
vida fue entregada en una ejecución judicial (es decir, fue condenado a
muerte y murió pagando el castigo impuesto tanto por un juez humano como por
Dios mismo en el cielo). El énfasis de las Escrituras en la sangre de Cristo lo
vemos también en la relación clara entre la muerte de Cristo y los muchos
sacrificios en el Antiguo Testamento que involucran el derramamiento de la
sangre viva del animal sacrificado. Todos estos sacrificios señalaban hacia el
futuro y prefiguraban la muerte de Cristo.
(Teología Sistemática: Introducción a la Doctrina Bíblica, p. 579) [Énfasis
mío]
D.A.
Carson:
“Un
tercer nivel del mismo problema fue dolorosamente ejemplificado en tres artículos
recientes sobre la sangre de Cristo en Christianity
Today. El autor hizo un trabajo admirable al explicar las cosas
maravillosas que la ciencia ha descubierto sobre lo que la sangre puede hacer.
Qué imagen maravillosa—se nos dice—sobre cómo la sangre de Jesús purifica todo
pecado. En realidad, ¡no tiene nada que ver con eso! Y peor, eso es irresponsable,
místico y engañoso teológicamente. La frase “sangre de Jesús” se refiere a la
muerte violenta y sacrificial de nuestro Señor. Por lo general, las bendiciones
que las Escrituras demuestran haber sido cumplidas o alcanzadas por la sangre
de Jesús son de igual manera descritas como cumplidas o alcanzadas por su
muerte en la cruz.”
(Exegetical Fallacies,
pp.33-34)
Charles
Leiter:
¿Qué
representa esa sangre? Representa el hecho de que él, por su muerte en la cruz,
pagó por mi pecado—él llevó mi pecado en su cuerpo sobre la cruz. ‘Justificados
en su sangre’.
(“Justified by the Blood of Jesus Christ”: http://youtu.be/_HCwtj9_Qbg)
Vemos
la misma realidad en el concepto del Antiguo Testamento de “llevar sobre Sí el
pecado.” En el gran día de expiación, dos machos cabríos eran sacrificados—uno
derramaba su sangre para expiar por los pecados, y el otro (el vivo) macho
cabrío, llevaba los pecados a un lugar solitario: “Aarón ofrecerá el macho
cabrío sobre el cual haya caído la suerte para el Señor, haciéndolo ofrenda por
el pecado. Pero el macho cabrío sobre el cual cayó la suerte para el macho
cabrío expiatorio, será presentado vivo delante del Señor para hacer expiación
sobre él, para enviarlo como macho cabrío expiatorio al desierto. Aquí Dios usa
dos machos cabríos para enseñarnos una sola verdad acerca de la obra de
expiación del Señor Jesucristo. Por un lado, Él muere por nuestros pecados, y
por otro, como resultado de esa muerte, Él
eficazmente lleva nuestros pecados fuera de la presencia de Dios.
(Justificación y Regeneración, p.31)
PREDICADORES,
MAESTROS Y TEÓLOGOS DEL PASADO:
D.
Martyn Lloyd-Jones
(1899–1981):
Puede
ser visto claramente que la sangre en las Escrituras significa la vida
entregada en muerte. No la vida, sino la vida entregada en muerte. La sangre es
la evidencia final del hecho de que la muerte ha sido cumplida. No es vida
preservada, es vida rendida. Es vida que ha sido entregada. Ahora bien, el
punto muy interesante es este: los hebreos, los judíos, nunca pensaban en la
vida aparte del cuerpo. Entonces esta idea de que puedes tener vida en la
sangre totalmente separada o aparte del cuerpo es algo que nunca fue conocido
por un hebreo. Él siempre vinculaba la vida íntimamente y por necesidad con el
cuerpo. Así que esta idea de que puedes tener vida fuera del cuerpo en la
sangre es algo que es completamente falso a, y contradictorio con, la manera
básica de pensar hebrea. Por lo tanto yo digo que la sangre siempre significa
la vida siendo derramada. De manera que en los sacrificios animales la sangre
significaba que el animal había sido matado; la vida había sido quitada y la
sangre obtenida como la prueba clara de eso—que el animal había sufrido la
muerte. El castigo que debería haber caído sobre los judíos había caído sobre
el animal como el sustituto. Y la sangre era presentada con el fin de demostrar
el hecho de la muerte. La sangre significa, por lo tanto, una muerte
sacrificial.
(The Blood of Jesús Christ, exposición
de Romanos 3:25)
William
Hendriksen (1900-1982):
La sangre representa la vida (Lv.17:11; Mt.20:28, cf.26:28; Jn.10:11, 15). Las
palabras “por el derramamiento de su sangre” se refieren al sacrificio
voluntario de la vida de parte del Mesías en lugar de aquellos a quienes vino a
salvar. Cf. Is.53:10-12.
(Comentario del Nuevo Testamento: Romanos,
p. 95)
Robert
Reymond (1932-2013):
“El
Nuevo Testamento afirma lo siguiente sobre los logros de la ‘sangre’ de Cristo,
la palabra sangre en estos versículos siendo interpretada como taquigrafía
teológica para su muerte sacrificial.
(“El
Carácter de la Obra de la Cruz de Cristo)
Charles
Spurgeon (1834 –1892):
“Jesucristo
hizo un testamento, y ha dejado a su pueblo grandes legados por ese testamento.
Ahora bien, los testamentos no tienen que ser rociados con sangre, pero los
testamentos si necesitan que el testador esté muerto, de otra manera no serán
válidos. Así como no era posible que Cristo muera de ninguna otra manera aparte
que una muerte violenta, viendo que tenía que morir como un sacrificio, el
término “sangre” se convierte en este caso equivalente a ‘muerte’.
Así
que, ante todo, la sangre de Jesucristo en el calvario es la sangre del
testamento, porque es UNA EVIDENCIA DE QUE ÉL ESTÁ MUERTO, y por lo tanto el
testamento es válido.” (MTP, vol. 26, p.
632).
“¿Qué
es esta ‘sangre rociada’? En pocas palabras la ‘sangre rociada’ representa los
dolores, los sufrimientos, la humillación y la muerte de nuestro Señor Jesucristo,
que él padeció de parte del hombre pecador. Cuando hablamos de la sangre, no
deseamos ser entendidos como refiriéndonos solamente o principalmente a la
sangre literal material que fluyó de las heridas de Jesús. Creemos en el hecho
literal de su sangre derramada; pero cuando hablamos de la cruz y la sangre nos
referimos a esos sufrimientos y esa muerte de nuestro Señor Jesucristo por los
cuales él magnificó la ley de Dios; nos referimos a lo que Isaías expresó
cuando dijo: ‘Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado’; queremos decir todas esas aflicciones que
Jesús padeció de manera vicaria en nuestro lugar en el Getsemaní, Gabata y
Gólgota, y especialmente la entrega de su vida sobre el madero de escarnio y
maldición. ‘El castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados.’ ‘Sin derramamiento de sangre no se hace remisión.’; y el
derramamiento de sangre expresado es la muerte de Jesús, el Hijo de Dios” (MTP, vol. 32, p. 123).
“¿Qué
significa ‘la sangre’ en las Escrituras? Significa no solamente sufrimiento,
que muy bien podría ser tipificado por sangre, sino significa el sufrimiento
hasta la muerte, significa el quitar una vida. En pocas palabras, un pecado
contra Dios merece la muerte como castigo, y lo que Dios dijo por la boca del
profeta Ezequiel todavía es cierto: ‘el alma que pecare, esa morirá.’ La única
manera en que Dios pudo cumplir su sentencia amenazadora, y al mismo tiempo
perdonar a los hombres culpables, fue que Jesucristo, su Hijo, vino al mundo y
ofreció su vida en vez de la de nosotros.” (MTP, vol. 40, p. 325).
Albert
Barnes (1798–1870):
“En su
sangre”—o en su muerte—su muerte sangrienta. Entre los judíos, la sangre era
considerada como la sede de la vida, o de la vitalidad. Lev.17:11: “la vida de
la carne en la sangre está.” Por consiguiente, ellos fueron ordenados a no
comer sangre. Gén.9:4: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.”
Lev.19:26; Deu.12:23; 1 Sa.14:34. Esta doctrina es contenida uniformemente en
las Sagradas Escrituras.”
(Notas de Albert Barnes de la Biblia,
comentario de Rom.3:25)
Stephen
Charnock (1628–1680):
“La
sangre de Jesucristo. Por esto se quiere decir el último acto en la tragedia de
su vida, la sangre siendo el rescate de nuestras almas, el precio de nuestra
redención, y la expiación de nuestro pecado. El derramar sangre fue la parte
más alta y excelente de su obediencia, Filip.2:8, su entero ser fue una ofrenda
continua, pro su muerte fue la cima y lo que completaba su obediencia, pues en
eso él manifestó el mayor amor hacia Dios y el amor más alto hacia los
hombres. Los sacrificios expiatorios
bajo la ley siempre fueron sangrientos, la
muerte tenía que ser soportada por el pecado, y la sangre era la vida de la
criatura; la sangre o muerte de Cristo es la causa de nuestra justificación.”
(Un Discurso Sobre la Virtud Limpiadora de la Sangre de Cristo) [Énfasis
mío]
John
Owen (1616 –1683):
“Por lo
tanto, la sangre de Cristo aquí
significa la sangre de su sacrificio,
con el poder, virtud y eficacia de lo mismo.”
(La Mugre del Pecado Purgado por el Espíritu
y la Sangre de Cristo)
Juan
Calvino (1509–1564):
Un propiciatorio por medio de la fe en su
sangre, etc. Yo prefiero
retener literalmente el lenguaje de Pablo; porque ciertamente me parece a mí
que él quiso, usando una sola oración, declarar que Dios es propicio a nosotros
tan pronto como nuestra confianza descanse en la sangre de Cristo; por la fe
llegamos a la posesión de este beneficio. Pero al mencionar solo la sangre, él
no quiso excluir las otras cosas vinculadas con la redención, sino a lo
contrario, él quiso incluir todo en una sola palabra: y mencionó “sangre”
porque por ella todos somos limpiados. Por lo tanto, al tomar una parte como si
fuera lo entero, él señala la obra entera de la expiación. Ya que, como él dijo
antes, Dios es reconciliado en Cristo, ahora agrega, que esta reconciliación es
obtenida por la fe; mencionando, al mismo tiempo, lo que esa fe debe considerar
principalmente en Cristo—su sangre.
(Comentario de Romanos, Rom.3:25)