miércoles, 23 de noviembre de 2011

TODO SOBRE DIOS Y ASESINAR PARTE 1



Disculpenme por la tardanza, he estado muy ocupado últimamente. Actualmente, mientras que escribo esto, me encuentro fuera del país. Pero bueno, aquí estoy de nuevo para seguir el tema interesante y controversial en que nos embarcamos hace unas semanas. 

En mi entrada anterior acerca de este tema, di una serie de preguntas que, al parecer, son muy difíciles para los cristianos. Las objeciones de muchos hoy en día (especialmente de los ateos) giran alrededor del tema de las matanzas y guerras que se encuentran en abundancia en el Antiguo Testamento. Las objeciones son más o menos así:

¿Cómo puede un Dios bueno y de amor aprobar, y de hecho ordenar, tantas matanzas, guerras y juicios en la Biblia? ¡El Dios del Antiguo Testamento es un monstruo sanguinario!

Ahora, mientras que me encantaría responder directamente a una respuesta como esta, es muy necesario que, antes de todo, examinemos la falacia lógica increíble de tal objeción. Hay un error flagrante en dicho argumento en contra del Dios del Antiguo Testamento, y es muy necesario que aprendas a verlo y desenmascararlo y señalarlo a la persona que te lo da. Este error es el fundamento y base de la objeción entera; una vez derribado, el argumento del detractor se caerá a pedazos.

Mi primera respuesta al que da una objeción como estas es:

¿Bajo qué criterio objetivo juzgas al Dios del Antiguo Testamento? Dices que las acciones de Dios son malas… ¿pero qué base moral estás usando para juzgarlo a Él?

La persona sabe que asesinar es malo, ¿pero por qué lo sabe? ¡Porque Dios lo dice en Su Palabra! La misma obra de la Ley de Dios que se encuentra en la Biblia está escrita en el corazón humano (Romanos 2:15). Dios nos ha dado a todos una conciencia—un conocimiento del bien y del mal—y por lo tanto cada uno de nosotros sabemos que es muy malo cometer pecados como asesinar.

Entonces, nota primero que la persona está recurriendo a los morales de la Biblia para juzgar al mismo Dios de la Biblia. Este mero hecho sólo afirma que la Palabra de Dios es verdadera y confiable, pues el detractor por su misma lógica moral está demostrando la veracidad de lo escrito en el libro de Romanos. 


YO SOY EL CRITERIO OBJETIVO

No obstante, no es probable que el objetor responda a mis preguntas de arriba diciendo que la base moral con la que juzga a Dios es la Ley de Dios. Él posiblemente dirá que su base moral para juzgar a Dios es lo que siente que es correcto. En otras palabras, su criterio objetivo de juzgar es él mismo—sus propias opiniones acerca de lo que es bueno y malo.

Por lo tanto, nuestro amigo detractor confiesa que se ha nombrado a sí mismo como juez del universo, y que ha elevado a su propio punto de vista moral sobre todas las cosas, y sobre todas las personas—incluyendo a Dios. Cualquiera que no se conforme a sus opiniones personales es malo y perverso. El nivel de soberbia y arrogancia de dicha persona es asombroso…si un día te encuentres con un objetor como este, nunca dudes en señalarle esta falta inconcebible para que se avergüence.

 Y además, su actitud de juzgar a todos según sus propias ideas de lo que es bueno y malo inevitablemente nos hace preguntar: ¿Y qué si estás equivocado? También es arrogante suponer que nunca podemos cometer errores. Como seres humanos, somos propensos a equivocarnos…la persona que inventó el borrador de lápiz no lo hizo en vano. Y si nuestro amigo detractor es razonable, tendrá que reconocer que la Biblia tiene razón cuando dice que el que confía en su propio corazón es un necio (Proverbios 28:26), y que el corazón humano es engañoso (Jeremías 17:9). Así que, cualquier objetor que juzga a Dios y al mundo usando a sí mismo como el criterio está construyendo sobre un fundamento totalmente inestable. 


LA SOCIEDAD ES EL CRITERIO OBJETIVO
 
Pero quizás él no use su propio punto de vista como el criterio objetivo de juzgar. Puede que éste apele a los morales de la sociedad como el fundamento moral de sus acusaciones contra Dios, diciendo algo como:
 La sociedad entera del día de hoy considera que las guerras, matanzas sangrientas y asesinatos son malos. Por lo tanto, el Dios de la Biblia es malo porque causó todo esto.

Al dar tal respuesta, nuestro amigo detractor comete otra falacia. Si asesinar es malo porque la sociedad lo dice, ¿qué de las sociedades y países que creen que es licito asesinar? Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania Nazi mató a millones de judíos, inválidos, retrasados mentales, gitanos, homosexuales, etc. La sociedad enseñaba que era correcto exterminar a tales grupos de personas porque eran inferiores y contaminarían la raza superior aria a la cual pertenecían. Así que, según la lógica del objetor, lo que hicieron los nazis era bueno y correcto porque en esos tiempos la sociedad creía, enseñaba y decía que lo era. Por lo tanto, no tiene ninguna base para decir que las acciones de Adolfo Hitler y su Tercer Reich eran pecaminosas y equivocadas.

Y además, siguiendo su misma lógica, ¿qué derecho tiene esta persona, que vive en una cultura moderna, de juzgar a un libro escrito durante la existencia de una cultura antigua y totalmente distinta a la de hoy—una cultura con normas, costumbres y estructuras económicas, judiciales, militares, políticas y geográficas completamente diferentes a la de hoy? ¿No debe él en cambio buscar a entender la manera de pensar y la situación y circunstancias de tal civilización antes de juzgarla?

Mirándolo por cualquier punto de vista, la objeción de nuestro amigo detractor falla miserablemente. Él puede decir que las acciones de Dios en el Antiguo Testamento son barbáricas y horribles, pero no tiene ningún fundamento sobre el cual puede basar sus acusaciones. A fin de cuentas, él está juzgando a Dios y la Biblia según su propio entendimiento y razonamiento de lo que es bueno y malo. Pero sus opiniones respecto a lo que Dios hace en la Biblia no determinan si Sus acciones son buenas o no. Dios determina lo que es bueno y malo. El Santo Creador y Juez del universo hará lo que es justo (Génesis 18:25). Él no es como nosotros; Sus pensamientos no son nuestros pensamientos, ni nuestros caminos Sus caminos (Isaías 55:8). ¿Cómo es que el hombre pecador, más bajo que un gusano, se atreve a acusar al Señor omnipotente del universo?

Creo que con esta explicación podría terminar toda esta serie sobre Dios y Asesinar. Pero me gustaría igual responder las objeciones específicas sobre las matanzas del Antiguo Testamento. Y también me gustaría explicar biblica y detalladamente por qué los cristianos hoy en día no deben matar. Hasta la próxima entrada.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Los Juegos Panamericanos 2011



Los Juegos Panamericanos se acabaron oficialmente. En las dos semanas de esta evento, predicamos en los mismos lugares donde normalmente vamos en el Centro. Las cosas fueron casi igual en cuanto al evangelismo. Aunque sí vi a muchos turistas andando por las calles con etiquetas identificadoras colgando de sus cuellos, la mayoría de las personas en las calles eran de Guadalajara. Las calles estaban llenas con ellos; como fue anticipado y esperado por las autoridades de Guadalajara, los de aquí usaron los Juegos como un pretexto para hacer fiestas, tomar vacaciones, comprar y caminar por toda la ciudad. Hubo muchas celebraciones, eventos y música en vivo en el Centro.



También cerraron casi toda una calle principal sólo una cuadra de donde vivimos. Ahí pusieron muchos puestos con información turística de otros países y otras partes de México, de mercancía de los JPs, de souvenires y de comida. Esta calle se encuentra con una glorieta inmensa, también sólo una cuadra de donde vivimos; cerraron la mitad de ella y pusieron ahí un escenario gigante donde tuvieron grupos musicales tocando cada día de los Juegos, de la tarde hasta las 11pm. Nuestro vecindario estuvo muy ruidoso, y lleno de personas y de tráfico (por la desviación de los carros debido a que cerraron la calle principal y la glorieta cerca de ahí.)





Ha sido una celebración tras otra aquí en Guadalajara, ya que cinco diferentes eventos ocurrieron durante más o menos el mismo tiempo. Primero, el 12 de miércoles fue la celebración anual e idolatra de la Virgen de Zapopan; luego dos días después los Juegos comenzaron; y mientras que eso estaba sucediendo hace dos semanas, las reliquias del difunto Juan Pablo II llegaron de visita a diferentes partes de la ciudad, atrayendo a una multitud de seguidores devotos; ayer fue Halloween; y finalmente, la temporada concluyó con el Día de los Muertos. Tres semanas de idolatría (de María, el papa, los deportes y sus amados queridos ya difuntos), borrachera, jolgorio, orgullo nacional, sensualidad, adoración a la muerte, ocultismo y muchos otros pecados que realmente no quisiera mencionar.  



Por favor oren por Guadalajara.


Arriba: un ejemplo de la sincretización de los eventos recientes. Maniquís de esqueletos adornan las calles de Guadalajara (para el día de los muertos), esta vez con un tema de deportes panamericanos.

martes, 8 de noviembre de 2011

PREGUNTAS Y OBJECIONES: "¿Si Dios te Pidiera que Mates lo Harías?



Mientras que estaba predicando al aire libre en el Centro el sábado pasado, una joven se me acerco, e interrumpiéndome, me dijo que quería hacerme una pregunta. Le puse el micrófono a la cara para que la haga en público ante todos los que estaban oyendo. Primero me pidió que le cuente lo que Dios ha hecho en mi vida. Comencé a contarle un breve resumen de cómo Cristo me salvó, pero me interrumpió otra vez, antes de que pueda terminar, para hacerme otra pregunta. 

Su comportamiento, tono de voz, y la expresión de su cara me decían que ella realmente no estaba interesada en oír la respuesta a su pregunta. Después de años de tratar con personas hostiles al Evangelio, uno aprende a discernir rápidamente si alguien es sincero o no…si alguien es un honesto buscador de la verdad, o si es un burlador que sólo quiere señalar supuestos errores y contradicciones en la Biblia para probar que la fe cristiana es errónea.

Y bueno…antes de que pueda terminar de hablar, esta joven “burladora” me hizo otra pregunta. La conversación fue más o menos así:

MUCHACHA: “¿Si es que amas a Dios tanto, harías todo lo que Él te pida, no es cierto? ¿Y qué si Dios te diría que te suicides? ¿Lo harías?”

YO: “No, Dios no me diría algo así; la Biblia dice que los asesinos no heredarán el reino de Dios.”

MUCHACHA: “¿Entonces si Dios te mandaría que mates no le obedecerías?”

YO: “Si yo oyera una voz, o algo por el estilo, diciendo ser Dios y mandándome a matarme, yo sabría que esa voz no es de Dios…la Biblia dice que matar es pecado, y Dios no se contradice. Él no te va a decir algo en Su Palabra y luego mandarte a hacer algo totalmente opuesto a lo que está escrito.”

MUCHACHA: “Tú tienes que estudiar más la Biblia—pues en el libro de…ah… ¿dónde era? …Este…en Éxodo… ¡Dios mando a Abraham a matar a su propio hijo!”

Un amigo de ella la corrigió, diciendo que el pasaje que habla de cuando Dios probó a Abraham, pidiéndole que mate a su hijo amado Isaac, se encuentra en Génesis 22.

Traté de darle una explicación de por qué ese mandato no aplicaría a nosotros hoy, y aun traté de compartirle el Evangelio…pero como yo no le había dado las respuestas que ella quería (es decir, no la deje “ganar”—pude responder a sus argumentos con la Biblia), se marchó molesta. Lo bueno es que nuestra breve conversación pública atrajo a muchas personas, e inmediatamente después de que ella se fue pude predicar el Evangelio a la gente que se había acercado alrededor de nosotros.

Pero poniendo este incidente peculiar a un lado, creo que la pregunta de la muchacha es válida, y merece una respuesta.


¿Por qué no debe un cristiano matar si en el Antiguo Testamento mataban?

¿Y si no debemos matar porque el matar es pecado, qué hacemos con ese pasaje de Génesis 22?

Y es más— ¿qué hacemos con todas las matanzas y guerras sangrientas en el Antiguo Testamento que claramente fueron dirigidas por Dios?

¿Qué hacemos con las órdenes específicas que Dios dio al pueblo de Israel de exterminar a los cananeos y amalequitas y otros pueblos contra quienes lucharon—matando a todos, incluyendo a las mujeres y los bebés? ¿No sería sumamente injusto que Dios haga esto?

¿Y si Dios nos dice en las Escrituras que no matemos (el Sexto Mandamiento), por qué Él aprueba de las guerras en el Antiguo Testamento? ¿No es eso una contradicción en la Biblia? 

¿Y además, por qué Dios mata a las personas directamente si matar es pecado? ¿No está Dios pecando al hacer algo que Él ha mandado a la gente que no haga?

Como puedes ver, una sencilla pregunta abre una caja de Pandora de muchas otras preguntas. Dios mediante, voy a tratar con cada uno de estos asuntos en varias entradas en las siguientes semanas.

Así que, prepárate, ponte tu casco y cinturón y agárrate de tu asiento, porque este viaje a través de la Biblia podrá llegar a ser incomodo y turbulento.