Mientras que estaba predicando al aire libre en el Centro el sábado pasado, una joven se me acerco, e interrumpiéndome, me dijo que quería hacerme una pregunta. Le puse el micrófono a la cara para que la haga en público ante todos los que estaban oyendo. Primero me pidió que le cuente lo que Dios ha hecho en mi vida. Comencé a contarle un breve resumen de cómo Cristo me salvó, pero me interrumpió otra vez, antes de que pueda terminar, para hacerme otra pregunta.
Su comportamiento, tono de voz, y la expresión de su cara me decían que ella realmente no estaba interesada en oír la respuesta a su pregunta. Después de años de tratar con personas hostiles al Evangelio, uno aprende a discernir rápidamente si alguien es sincero o no…si alguien es un honesto buscador de la verdad, o si es un burlador que sólo quiere señalar supuestos errores y contradicciones en la Biblia para probar que la fe cristiana es errónea.
Y bueno…antes de que pueda terminar de hablar, esta joven “burladora” me hizo otra pregunta. La conversación fue más o menos así:
MUCHACHA: “¿Si es que amas a Dios tanto, harías todo lo que Él te pida, no es cierto? ¿Y qué si Dios te diría que te suicides? ¿Lo harías?”
YO: “No, Dios no me diría algo así; la Biblia dice que los asesinos no heredarán el reino de Dios.”
MUCHACHA: “¿Entonces si Dios te mandaría que mates no le obedecerías?”
YO: “Si yo oyera una voz, o algo por el estilo, diciendo ser Dios y mandándome a matarme, yo sabría que esa voz no es de Dios…la Biblia dice que matar es pecado, y Dios no se contradice. Él no te va a decir algo en Su Palabra y luego mandarte a hacer algo totalmente opuesto a lo que está escrito.”
MUCHACHA: “Tú tienes que estudiar más la Biblia—pues en el libro de…ah… ¿dónde era? …Este…en Éxodo… ¡Dios mando a Abraham a matar a su propio hijo!”
Un amigo de ella la corrigió, diciendo que el pasaje que habla de cuando Dios probó a Abraham, pidiéndole que mate a su hijo amado Isaac, se encuentra en Génesis 22.
Traté de darle una explicación de por qué ese mandato no aplicaría a nosotros hoy, y aun traté de compartirle el Evangelio…pero como yo no le había dado las respuestas que ella quería (es decir, no la deje “ganar”—pude responder a sus argumentos con la Biblia), se marchó molesta. Lo bueno es que nuestra breve conversación pública atrajo a muchas personas, e inmediatamente después de que ella se fue pude predicar el Evangelio a la gente que se había acercado alrededor de nosotros.
Pero poniendo este incidente peculiar a un lado, creo que la pregunta de la muchacha es válida, y merece una respuesta.
¿Por qué no debe un cristiano matar si en el Antiguo Testamento mataban?
¿Y si no debemos matar porque el matar es pecado, qué hacemos con ese pasaje de Génesis 22?
Y es más— ¿qué hacemos con todas las matanzas y guerras sangrientas en el Antiguo Testamento que claramente fueron dirigidas por Dios?
¿Qué hacemos con las órdenes específicas que Dios dio al pueblo de Israel de exterminar a los cananeos y amalequitas y otros pueblos contra quienes lucharon—matando a todos, incluyendo a las mujeres y los bebés? ¿No sería sumamente injusto que Dios haga esto?
¿Y si Dios nos dice en las Escrituras que no matemos (el Sexto Mandamiento), por qué Él aprueba de las guerras en el Antiguo Testamento? ¿No es eso una contradicción en la Biblia?
¿Y además, por qué Dios mata a las personas directamente si matar es pecado? ¿No está Dios pecando al hacer algo que Él ha mandado a la gente que no haga?
¿Y además, por qué Dios mata a las personas directamente si matar es pecado? ¿No está Dios pecando al hacer algo que Él ha mandado a la gente que no haga?
Como puedes ver, una sencilla pregunta abre una caja de Pandora de muchas otras preguntas. Dios mediante, voy a tratar con cada uno de estos asuntos en varias entradas en las siguientes semanas.
Así que, prepárate, ponte tu casco y cinturón y agárrate de tu asiento, porque este viaje a través de la Biblia podrá llegar a ser incomodo y turbulento.
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