Voy a
seguir analizando el artículo de Jesús Adrian Romero titulado “La Humildad Teológica”. He decidido hacer esto,
no porque tenga un interés particular en criticar a este cantante y músico,
sino porque sus palabras son, en el mejor de los casos, confusas, y en el peor
de los casos, heréticas. Romero tiene muchos seguidores y personas que
constantemente están pendientes de lo que escribe y dice. Es mi deseo, si Dios
lo permite, ayudar a algunas de estas personas y también edificar a los santos
al comparar las palabras de este hombre con la verdad bíblica. Es mi esperanza
y oración que él se arrepienta de las cosas heréticas que enseña y que
se retracte de lo que ha escrito. (Sus palabras están en rojo, las mías en negro).
En un mundo en el que la certeza teológica nos ha vuelto
orgullosos, nos haría bien un toque de realidad; No todo lo que creemos puede
comprobarse con absoluta certeza.
A la luz
de lo que Romero acaba de decir respecto a los agnósticos, y lo demás que dice
en este artículo, es evidente que él escribe todo esto comenzando con la presuposición
errónea de que es más “humilde” admitir no poder tener certeza absoluta. Según
él, la “realidad” es que no podemos estar absolutamente seguros de algunas
cosas. Sus palabras demuestran la influencia leudante del postmodernismo.
Tocante a lo demás que dice aquí, aunque
es cierto que algunos que dicen ser
cristianos se vuelven orgullosos por tener “certeza teológica”, eso no
significa que no la podamos tener, ni
que tenerla por necesidad será una influencia negativa en nuestras vidas. Un
creyente verdadero que reconoce que sólo es un pecador salvado por gracia, y
que todo lo que ha recibido es por gracia (1
Cor.4:7), y que no puede hacer nada aparte de la ayuda del Señor (Juan 15:5), jamás podrá vivir en
jactancia y arrogancia de su conocimiento. Y aun si el creyente cayere en esto,
Dios es fiel para disciplinarlo para que se arrepienta y levante de nuevo (Heb.12:5-14). ¡Dios mismo guardó a
Pablo de enaltecerse por el conocimiento que tenía! (2 Cor.12:7)
Después trataré con el asunto de las presuposiciones y el asunto de la certeza absoluta. Por ahora quiero tratar con lo que Jesus Adrián Romero dice respecto a la fe.
Después trataré con el asunto de las presuposiciones y el asunto de la certeza absoluta. Por ahora quiero tratar con lo que Jesus Adrián Romero dice respecto a la fe.
Aunque creo y afirmo que el cristianismo es una fe
racional con argumentos sanos e inteligentes, reconozco que algunas de mis
convicciones se derivan más de fe que de certeza intelectual.
Tengo un
gran problema con la dicotomía falsa que Romero hace entre la “fe” y la
“certeza intelectual”. ¿Está diciendo que la fe no involucra el intelecto? ¿Está
diciendo que tener “fe” significa creer en algo a pesar de no tener certeza de
ello? ¿Cómo puede ser eso? Eso es totalmente contradictorio y anti-bíblico: “Ahora
bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”
(Heb.11:1)
Los
reformadores en el siglo XVI explicaron la fe salvadora y verdadera al describir sus tres elementos: Notitia, Assensus y
Fiducia.
Notitia se refiere al contenido de la fe que es entendido por la mente. Aunque
la fe no es lo mismo que el conocimiento, nunca es desprovista del
conocimiento.
Assensus
se refiere al consentimiento intelectual con el
contenido de la verdad. Me gusta lo que R.C. Sproul dice acerca de esto:
“Es importante notar que al nivel de assensus la fe no es un asunto de la
volición. No puedo ‘decidir’ creer en algo si mi mente no está convencida de
que esto sea cierto. Puedo ‘esperar’ que algo cuestionable sea cierto y actuar
según esa esperanza. Puedo ejercer lo que Agustín llamaba la fe provisional, es
decir, tomar pasos de acuerdo a una hipótesis provisional. Lo que no puedo
hacer, en efecto, es ser convencido de una verdad por una mera decisión. La
‘fe’ sin un consentimiento genuino no es más que la credulidad o superstición.”
(Justificados Solo por la Fe, Pág.49)
Fiducia se refiere a la confianza personal en la verdad. No solo involucra
conocer la verdad e intelectualmente estar de acuerdo con ella, sino que se
trata de una entrega y compromiso total al Señor y su verdad.
Como se podrán dar cuenta, esta explicación histórica de la fe (basada en las Escrituras) contradice totalmente lo que Jesús Adrian ha escrito. La fe verdadera absolutamente siempre involucrará la “certeza intelectual”. Hacer una distinción entre la una y la otra simplemente carece de sentido. No es mi deseo insultar a Romero, pero si podemos tener “certeza intelectual” de algo, es de que él no entiende la verdadera naturaleza de la fe. Y si él cree una verdad sin ser convencido intelectualmente de esta misma, entonces esta “fe” que tiene, para usar las palabras de Sproul, “no es más que la credulidad o superstición”.
Puede que
yo sea acusado de malinterpretar sus palabras, de realmente no entender lo que
él estaba tratando de decir. Si ese es el caso, confieso que no estoy
intencionalmente tratando de tergiversar lo que dice, sino de responder a lo
que yo entiendo de sus palabras (las cuales considero ser, a menudo, ambiguas).
Sin embargo, si es que sí le estoy malinterpretando, Romero lamentablemente
hizo un muy mal trabajo al tratar de externar sus pensamientos y yo le advertiría
a tener mucho cuidado de cómo explica las cosas.
Excelente, muy bien explicado
ResponderBorrar¡Gloria sea al Señor!
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