viernes, 31 de enero de 2014

“¿PODRÍA DIOS HACER UNA ROCA TAN GRANDE QUE NI ÉL LA PUEDA LEVANTAR?”




Una vez en el Centro de Guadalajara compartí el Evangelio con un estudiante universitario, y él sacó esta pregunta, con el fin de desconcertarme y demostrar que el Dios de la Biblia no puede existir.

Lo creas o no, este tipo de preguntas son populares entre los ateos y agnósticos.  El razonamiento detrás del argumento es el siguiente:

Si Dios es omnipotente, no hay nada que no pueda hacer. Sin embargo, si uno responde “Sí” a la pregunta de arriba, entonces Dios no puede levantar una roca…y por lo tanto Él no es omnipotente. Si uno responde “No” a la pregunta de arriba, entonces hay algo que Dios no puede hacer…y por lo tanto Él no es omnipotente. De cualquier manera que uno responda, esto demostrará que Dios no es omnipotente, y por lo tanto no puede existir.

Creo que sería provechoso dar una respuesta bíblica a esta pregunta. Si nunca la oyes en tu vida, este ejercicio por lo menos te puede ayudar a entender un poco más acerca de la persona y ser de nuestro Dios y Señor.

Proverbios 26:4-5 nos amonesta:                                                         
“Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él.
Responde al necio como merece su necedad, para que no se estime sabio en su propia opinión.”

Este es un pasaje que debemos recordar cada vez que salgamos a evangelizar. Nos ayudará pausar y pensar antes de dar respuestas a preguntas que algunos incrédulos nos hacen para retarnos. Este tipo de preguntas no son sinceras, de un corazón dispuesto a escuchar y aprender y someterse a la verdad…son acusaciones e intentos de ganar un argumento. La mayoría del tiempo estas se basan en presuposiciones erróneas. Hay que aprender a detectar y atacar estas presuposiciones antes de abordar la pregunta misma, no sea que terminemos respondiendo “al necio de acuerdo con su necedad”.

Lo siguiente es un ejemplo de cómo podemos hacer esto y responder “al necio como merece su necedad”. He hecho cuatro observaciones sobre la pregunta de arriba: 

  1. La pregunta asume que “omnipotente” significa que Dios puede hacer todo. Este es un tremendo error. Una definición sencilla de la omnipotencia, bíblicamente, es que el poder de Dios es ilimitado e infinito, y capaz de hacer toda Su santa voluntad. Esto no significa que Él puede hacer toda cosa que la mente humana depravada pueda concebir.

    Siendo Dios, hay cosas que Dios NO puede hacer. Él no puede ir en contra de Su naturaleza. Por ejemplo:

    Siendo perfecto, Él NO puede equivocarse ni contradecirse. Siendo justo y santo, Él NO puede pecar. Siendo inmutable, Él NO puede cambiar. Siendo omnisciente, Él NO puede ignorar algo que sucede en el universo. Siendo omnipresente, Él NO puede estar en un solo lugar a la vez. Siendo omnipotente, Él NO puede cansarse ni fatigarse. Siendo el “Yo Soy”, totalmente auto existente, independiente y eterno, Él NO puede dejar de existir...ni existir y no existir al mismo tiempo.

    Todo esto de ninguna manera niega la realidad de la existencia de Dios. A lo contrario, la afirma, pues si Él no tuviera estos atributos, no sería Dios.

  2. Dios es infinito. Es imposible que exista una roca que sea más grande que la infinidad. Y ya que Dios también es infinito en poder, es imposible que exista algo que sea mayor que el poder infinito.

  3. La omnipresencia de Dios no solo significa que Él está en absolutamente todo lugar en el universo y espacio—también significa que Él no puede ser confinado a cualquier tipo de espacio, tan grande como este sea. Los cielos de los cielos no lo pueden contener (1 Reyes 8:27). No debemos pensar acerca de Dios en términos espaciales, como si Él fuera un ser infinitamente grande que llena todo el universo. No, Él no tiene tamaño ni dimensiones. Él existe independientemente de estas cosas. ¡De hecho, Él creó el espacio y las dimensiones! Antes de que estas existieran (es decir, no existía NADA) — ¡Él estaba ahí! Dios es espíritu (Juan 4:24), y Su existencia es totalmente separada de la materia y el espacio. Cuando reflexionamos seriamente sobre el ser de Dios, nos damos cuenta de la locura de tratar de comparar a Dios con algo creado, material y dimensional.

  4. Por lo tanto, la pregunta misma es una contradicción, una falacia lógica. Carece de sentido alguno, y por consiguiente es imposible de responder. Sería como decir:

    “Estoy absolutamente seguro que no existe la verdad absoluta.”

    “Es imposible terminar una oración con la palabra ‘un’.”

    “No me sé ni una sola palabra en español.”


    La pregunta es autorefutante. También caería en la categoría de falacia llamada “la pregunta compleja”. Un ejemplo de esto sería: “¿Ya has dejado de golpear a tu esposa?” O: “¿Te gusta el olor del color amarillo?” Cualquier respuesta a preguntas como estas será equivocada porque comienzan con presuposiciones erróneas o que no han sido comprobadas por la persona que está haciendo la pregunta.


Entonces, si en alguna ocasión te encuentras con alguien que te hace esta pregunta, no dudes en señalar la necedad de ella. Puede parecer increíble que existan personas que realmente toman en serio argumentos como estos. Pero lo hacen porque, como dice la Palabra de Dios, están ciegos y muertos en sus pecados (2 Cor.4:4; Efesios 2:1). No entienden las Escrituras y en su arrogancia se atreven a creerse más sabios que su Creador. Pero recordemos que nosotros en otro tiempo fuimos iguales (Tito 3:3), respondámosles en amor y llevémosles al Evangelio que les puede salvar.   

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