lunes, 20 de junio de 2011

TRAMPOLINES PARA LA PREDICACIÓN: 1 Timoteo 3:1-5

Cuando predicamos al aire libre, siempre es una buena idea usar un "trampolín" para lanzarnos al Evangelio. Es decir, antes de presentar las Buenas Nuevas, es recomendable dar algún tipo de introducción que se conecte de alguna manera con el mensaje de Cristo. Un trampolín puede ser un evento reciente muy conocido (la muerte de una celebridad, un político o un criminal, un catástrofe natural, etc.), una historia pequeña que ilustra una lección espiritual, o también la explicación de un pasaje bíblico. Normalmente, yo uso el último cuando predico al aire libre.

Es especialmente necesario hacer esto cuando con frecuencia evangelizamos en el mismo lugar, para no tener que dar el mismo mensaje cada vez que prediquemos ahí. Por supuesto, la parte del Evangelio siempre es igual...solo que cada vez que salimos lo presentamos de una manera distinta, usando diferentes introducciones.

El usar "trampolines" es bíblico; en el libro de Hechos vemos que el apóstol Pablo, predicando en el Areópago en Atenas, usó una estatua del "Dios No Conocido" como un trampolín para hablar sobre quién es Dios y presentar el Evangelio (Hechos 17:16-34). Jesús también hizo algo parecido cuando habló con la mujer samaritana junto al pozo. Él comenzó hablando de agua (el reino natural), y luego transicionó la conversación al reino espiritual, hablando de "agua viva" (Juan 4:6-26).

---------------------------------------------

Aquí, el hermano Josef usa 1 Timoteo 3:1-5 para primeramente hablar sobre el pecado, y luego dar a los oyentes el Evangelio.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario