lunes, 31 de agosto de 2015

¿Quién llorará por las monjas?


Hoy encontré una entrada de blog que escribí hace años, cuando me dedicaba exclusivamente a predicar el Evangelio en las calles. Nunca publiqué esta entrada, pero es algo que se necesita decir.

"Las veo casi todos los días en las calles. Hay algo de ellas que me llena de una profunda tristeza…a veces literalmente me siento como llorar. Ellas no son salvas…igual que el 99 por ciento de las personas de la ciudad. Sin embargo, cuando las veo pasar, su cabello corto y atavío religioso parecen gritar: “¡Estoy perdida!” Perdidas. En cuanto a todas las personas “normales” en las calles, al menos puedo esperar que algunos de ellos quizás sean salvos. Algunos quizás sean creyentes genuinos. Un cristiano verdaderamente regenerado quizás pase por mi lado sin que yo me dé cuenta. Pero con ellas no es así. Ves a una de ellas y ya sabes que están marcadas—marcadas para la perdición. Con otras personas quizás esto no sea tan evidente, pero con ellas es sumamente claro. Las monjas necesitan el Salvador. La mayoría de ellas se han convertido tan endurecidas, están tan adoctrinadas…es tan difícil…pero no es imposible. Nada es imposible con Dios. ¿Quién orará por ellas? ¿Quién llorará por las monjas?"

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